Hoy vivimos un día que quedará grabado para siempre en nuestra memoria, no es solo el cierre de un ciclo académico, sino la celebración de todo lo aprendido, superado y construido a lo largo de los años.
La jornada dio comienzo con la celebración eucarística consagrada por el padre Jonathan Murcia, en el auditorio San José, seguido de un programa significativo y simbólico, en el que se reconoció cada uno de los graduados, su esfuerzo, el resultado de su perseverancia, del apoyo mutuo y el deseo constante de ser mejores.
Queremos reconocer también a quienes hicieron este camino más ligero: familias que apoyaron sin condiciones, docentes que inspiraron con su vocación y compañeros que estuvieron presentes en cada paso del recorrido.
¡Felicidades, graduados 2025. Que este día marque el inicio de los sueños que están por cumplirse!
